Violencia y milagro en el oeste neuquino

El pibe se acercó hasta el patrullero, gatilló dos veces su revolver calibre 22, pero el arma no funcionó. Sólo por ese hecho fortuito, un policía salvó su vida. Casi un milagro.

Poco antes, dos bandas de jóvenes, en su mayoría menores, se habían enfrentado en el barrio Melipal para dirimir sus diferencias, un fenómeno casi cotidiano en algunos barrios del oeste de Neuquén.

La bronca venía de los festejos por el aniversario de la ciudad, el miércoles pasado, cuando una multitud se reunió en la Plaza de las Banderas para ver los fuegos artificiales, según informó el diario La Mañana de Neuquén.

En el lugar, dos bandas conocidas, una de Melipal y otra de Villa Ceferino, se habíaan enfrentado a golpes. La gresca no duró mucho porque intervino la Policía y los pibes se escaparon entre la muchedumbre.

Pero indudablemente, los bandos se quedaron con bronca y prometieron vengarse. Y la revancha llegó el jueves a la noche, cerca de las 22.

Según se informó, "Los Caciques", tal el nombre que tiene la banda de Villa Ceferino se movilizó hasta Melipal para tratar de dar con alguno de los contrarios hasta que finalmente logró dar con uno. Le pegaron una golpiza que prácticamente lo dejaron inconciente.

Cuando se enteraron los "locales" comenzaron a organizarse para repeler el ataque en el mismo momento que llegaba un patrullero de la Comisaría 21, alertado por los disturbios.

Antes de que alguno de los policías interviniera, uno de los pibes se acercó hasta el auto y apuntando con un arma a la cabeza de uno de los policías, jaló dos veces del gatillo. Pero el arma no funcionó.

El uniformado comenzó a perseguirlo y cuando lo alcanzó logró desarmarlo, pero en un descuido el pibe se escapó.

Mientras tanto, los incidentes siguieron durante dos horas más de manera intensa y muy violenta, en medio de una lluvia de piedras y todo tipo de objetos.

El saldo de estos enfrentamientos fue el de cinco jóvenes heridos, de distinta consideración, aunque no hubo detenidos.