Quiroga, los bombos, y el Gobernador

Los empleados temporarios de Termas, de Loncopué, llevaron su reclamo para ser pasados a la planta permanente anualizada a los actos oficiales por los 114 años de la capital neuquina. Estaban instalados tocando bombos en la Plaza Roca, cuando llegaron las autoridades: primero Horacio Quiroga, después Omar Gutiérrez.

Cuando a Quiroga le tocó pronunciar su discurso, después que la locutora lo anunció, caminó hasta el atril, esperó unos 30 segundos para hablar,  mientras los bombos seguían sonando, tan indiferentes como persistentes.

En ese momento, el Intendente pidió “a los que están tocando el bombo, para que todos nos podamos escuchar, ¿por qué no escuchan primero a los que estamos homenajeando a la ciudad de Neuquén y después nosotros los escuchamos a ustedes tocar el bombo?".

Mientras mágicamente se extendía el silencio, se escucharon algunos aplausos. Los manifestantes dejaron de tocar y se mantuvieron en silencio durante todo el discurso de Quiroga.

Rápido de reflejos, el Intendente  aprovechó y les dedicó un párrafo: aseguró  que "ningún país crece y se desarrolla al ritmo de los bombos, se desarrolla levantándose temprano y trabajando, un país crece desde las propuestas y no de las protestas".

Cuando le tocó el turno de hablar al Gobernador, volvieron a sonar los bombos durante el discurso, hasta que al final, cuando estaba cerrando su oratoria, Gutiérrez dijo: "los bombos eran para mí, Pechi… no eran para vos".