La foto actual: escenario dividido en cuatro, con Quiroga candidato

7 julio, 2018
La foto actual: escenario dividido en cuatro, con Quiroga candidato
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Nunca antes se ha planificado una estrategia tan centrada en un hombre, un candidato, para enfrentar y eventualmente derrotar por primera vez al MPN, como en estos últimos dos meses en Neuquén. El hombre, se sabe, es Horacio Quiroga. El grupo político –variopinto- que lo respalda ya sin vacilaciones, es el que forma Cambiemos en la provincia, con Nuevo Compromiso Neuquino, la UCR, el PRO y la Coalición Cívica. Lo que faltaba, algunas precisiones de tiempos y firmezas, se cumplió: está en marcha la mayor oposición –sin grandes frentes y en un escenario dividido en tres o cuatro- que ha amenazado el reinado sempiterno del partido provincial que naciera en Zapala en 1961.

Quiroga, en los dos últimos meses, tomó decisiones. La primera, después de chequear su propia disposición, fue la de ser el candidato. La segunda, fue la de seguir firme con Cambiemos, más allá de la inestabilidad crítica que atormentó al gobierno de Mauricio Macri en el primer semestre del año. “Nos mantenemos alineados. No nos afecta la eventual crisis, tampoco nos beneficiaría extraordinariamente su superación. Tenemos perfil provincial propio”, se dijeron entre sí en la carpa chica del quiroguismo. Y comenzó a planificarse la estrategia de campaña, que inició este sábado, con un encuentro de evaluación de la economía, y seguirá, de a poco, con un minucioso trabajo territorial que coordinará, como virtual jefe de campaña, el diputado nacional David Schlereth.

¿Alianzas? No más que las ya vigentes, se presume. Hay una convicción ahora, por ejemplo, de que Ramón Rioseco seguirá su rumbo en soledad, y que difícilmente haga migas renovadas con el peronismo. No será, eso es casi seguro, el candidato del PJ, en ninguna de sus versiones, aunque sí podrá recibir respaldos de ese sector de la ideología nacional populista. Quiroga no lo ve a Rioseco hace ya más de dos meses. Esa posibilidad, pues, la de juntar agua y aceite en pos de asegurar un triunfo, parece desactivada. Implicaría un anticipo de escenario con al menos cuatro participantes: el MPN (con Gutiérrez o Figueroa); Cambiemos; el peronismo; y Rioseco. Aun así, no es sólida esta especulación todavía, porque falta la interna del MPN. Puede haber asociación del MPN con el peronismo, o por lo menos, con una parte de él. Y Rioseco puede hacer picardías diversas, si es que define su candidatura, ya que también hay todavía algunas dudas sobre su seguridad para tal fin.

Las picardías, en definitiva, aderezarán la ensalada neuquina y propiciarán algunas dudas y otras tantas certezas. Quiroga no se queja ni se quejará de algo que siempre ha sabido utilizar en provecho propio. La última que hizo la está disfrutando ahora, a pleno: usar como espada filosa contra el MPN a Laura Plaza, que se ha convertido en una integrante más de la carpa chica de Cambiemos, con expectativa para seguir allí. Hay muchas picardías en marcha, que atraviesan transversalmente las estructuras partidarias. Muchas se amagan desde el propio MPN, que atraviesa un período de alta volatilidad, acrecentada por el ingreso de más billetes a una faltriquera que estaba agónicamente vacía.

Habrá que ir viendo cómo juega en Neuquén la agitada coyuntura nacional. Desde aquella esfera que rodea a Mauricio Macri, se lo mira a Quiroga con creciente confianza y expectativa favorable. Si sube Quiroga en la consideración, comienza a descender Gutiérrez. De hecho, se dice que quienes más atienden al Gobernador desde las oficinas de la Casa Rosada, ya han hecho saber la incomodidad frente al doble juego que enfrentan en cada charla, en cada encuentro, en cada medida que tenga que ver con Neuquén.

La lógica del proceso político neuquino hace que Quiroga compita contra Gutiérrez, y viceversa, directamente desde la gestión de gobierno. Pero la interna del MPN hace que esa no sea la única batalla. El enredo es abono fértil para las jugadas maquiavélicas. Quiroga no las esquiva, y el MPN, mucho menos. Sobre todo porque hay jugadores emepenistas que no están a la luz del día, pero que infatigablemente, y con generosos presupuestos, alimentan la máquina de la conspiración permanente.

Rubén Boggi

 

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