La demagogia la hacen quienes viven de la demagogia
El diccionario de la Real Academia Española acude en auxilio de quienes creen que “demagogia” es una palabra utilizada por algunos políticos contra otros, en el caso de Argentina, por los “neoliberales” contra los “populistas”. Dice, en su definición:
demagogia
Del gr. δημαγωγία dēmagōgía.
- f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
- f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
Como se aprecia fácilmente, ninguna de las dos acepciones de la palabra es grata ni virtuosa. Remiten al engaño que proviene del halago intencionado, a la utilidad en provecho propio, al sostenimiento del poder mediante el uso de la técnica mencionada.
En Neuquén, sobran demagogos que están en funciones. Llamativamente, la mayoría de ellos han vivido gracias a la demagogia, usando la plata del pueblo, primero y principal, para sí mismos. Han vivido muchos años, casi todos los que corresponden a su vida laboral, de la política; sea en cargos públicos, como funcionarios, o más lateralmente, pegados como garrapatas a ese poder que mal distribuye entre los pobres mortales.
Desde ese lugar, claman por la presunta desdicha de los pobres, piden que no se les cobre la luz, ni el gas, ni el agua; reclaman que el Estado se haga cargo de cubrir las brechas sociales, etc. Pero, eso sí, sin que nunca, nunca, pero nunca, se ponga en peligro su propio estatus, su categoría.
La demagogia la usan quienes viven de ella, con seguro para todo riesgo.
