Virtualidad y realidad juegan en la puja re-electiva del MPN

14 abril, 2018
Virtualidad y realidad juegan en la puja re-electiva del MPN
gutierrez-mpn
gutierrez-mpn

¿Cómo hará la dirigencia política para enfocar las campañas electorales, que ya están en marcha, y al mismo tiempo sintonizar con una realidad que sea la real, y no la acomodada por los trolls y otras argucias en las redes sociales? Hay una clara tendencia a confundir ambas realidades, la física y la virtual. Como la virtual es acomodada por los políticos, existe la tentación de hacerla propia. Y eso lleva a errores tremendos en la percepción de lo que el pueblo –las mayorías- siente, piensa, sufre o goza.

En la virtualidad, Neuquén es una provincia espectacular, llena de logros. Se instala en esa percepción una colección de indicadores económicos positivos, y listo. Ya se hizo en 2006-2007, cuando la “confianza” neuquina pretendía proyectarse a todo el país con el candidato presidencial Jorge Sobisch, y se comparaba a Neuquén con el crecimiento chino. Ahora, por imperio de las necesidades básicas amenazadas, la misma argucia se utiliza con alcance local, más limitada y enfocada, casi obsesivamente, en la reelección de Omar Gutiérrez, ambición que lleva como carga inevitable imponerse primero en la puja interna existente en el MPN.

Pero la isla de la felicidad, que nació como consigna propia y de los adversarios a fines de los ’80, es esquiva y traicionera. Los indicadores positivos neuquinos tienen como contrapartida otros negativos, y la realidad da para cualquier enfoque, desde el más optimista al más pesimista. Así, la Neuquén que más inversiones ha recibido en todo el país, es también la provincia que se encamina a una deuda que se equiparará, si sigue así, en poco tiempo más, con un presupuesto entero. Y estamos hablando de 61 mil millones de pesos.

Esta Neuquén se debate todos los días. Es la misma provincia, la que recibe eufórica las llaves de una cárcel emblemática, la tristemente célebre U9 (romantizada de manera espantosa por la bruta ignorancia del momento) para hacer un hermoso pulmón verde un tanto indefinido; la que se agota en una increíble negociación interminable con el gremio docente, con el solo consuelo de no ser la única en tener un conflicto en ese rubro, algo que no alcanza a tapar el escandaloso y persistente fracaso escolar de los últimos años.

El debate está clavado en el seno del MPN, con eje, en estos días y precisamente, en el conflicto con ATEN, que a juicio de los detractores del Ejecutivo, debería haberse resuelto ya. Lo mismo pasa con el tarifazo del EPAS, que provocó una remezón rebelde en intendentes cansados de ser intermediarios entre el olvido y la presencia discursiva. La oposición a Gutiérrez no entiende por qué aumentar tarifas cuando se podía aprovechar la ola anti-aumentos que supo despertar con eficacia inigualable el gobierno de Mauricio Macri, con Juan José Aranguren como capitán de la sinceridad económica más antipática del principio de este siglo alborotado.

El MPN masculla y murmura, entre el fervor oficialista de los que alientan OG2019 y el resto, todavía sin candidatos firmes. Se dice que hay una espera en marcha, que será hasta que ocurra el acto programado para el Ruca Che en mayo. Se dice que después de lo que pase y se vea en ese acto pro-reelección, es posible que aparezca el contendiente para Gutiérrez, que sería, casi inevitablemente, el vicegobernador Rolando Figueroa.

¿Sucederá esto? ¿Se inaugurará la simultaneidad interna, por primera vez en la historia del MPN, entre las cabezas de los dos poderes con representación ciudadana? Sobisch se enfrentó con su ex vice, Pipe Sapag, en una interna, pero no durante el mandato de ambos. Después, tuvo una colisión importante con otro vice, Jorge Sapag, pero éste eligió no confrontar en lo inmediato, sino esperar cuatro años. Todo el mundo fantasea sin pensar demasiado en las consecuencias, pero si se enfrentan verdaderamente Gutiérrez y Figueroa, el MPN temblará hasta los cimientos, y de ese temblor puede nacer tanto el germen para una nueva renovación al frente del gobierno del más de medio siglo, como su antítesis, es decir, el principio del fin de ese reinado presuntamente indiscutible.

En este contexto, el Gobernador ha demorado, con el solo expediente de la no alusión al tema, la definición del hombre que será su jefe de Gabinete. Esta demora tal vez permita confirmar que es una herramienta más al servicio de la reelección, lo que la Legislatura ya aprobó y puso al servicio del mandatario. Un hombre de extrema confianza. Una pieza ideada para activar el gobierno en cada cuestión operativa y necesaria, sin que el propio gobernador tenga que ocuparse, como lo ha hecho hasta ahora, tan obsesiva y puntualmente, al punto de ser sospechado de no confiar aún en su propia sombra.

Estas minucias estratégicas se irán aclarando en las próximas horas, en los próximos días. El conflicto con ATEN tiene un solo final posible, que es el del acuerdo. Al gobierno le costará, más en lo político que en lo económico. Porque, a esta altura, unos millones más o menos no le cambian la ecuación; sí es posible que lo altere, ahora o en el futuro mediato, el desgaste de quedar expuesto en sus debilidades frente a las fortalezas opositoras.

Rubén Boggi

 

 

Te puede interesar
Últimas noticias