Terminó la batalla, la guerra sigue: no habrá ganadores
El sindicato ATE, al cabo de más de cuatro horas de enfrentamiento con la policía, decidió levantar sus acciones hasta el jueves a las 8 de la mañana, cuando volverá la "movilización en la calle" para seguir reclamando el convenio colectivo de trabajo en Salud y otras cuestiones que va sumando a su larga lista de discrepancias con el gobierno de Omar Gutiérrez.
Así lo informó Carlos Quintriqueo, el secretario general del gremio y de la CTA Neuquén. Abundó, también, en condenas retóricas contra el gobierno de Gutiérrez, a quien identifica con Horacio Quiroga, a nivel local, y con Mauricio Macri, a nivel nacional. Todos ubicados en ese singular universo donde prevalecen palabras como "ajuste", "represión", etc.
De esta manera, se terminó una batalla (literal) pero la guerra sigue. Porque no parece haber negociación posible sin que súbitamente una de las partes en litigio abandone alguna posición considerada hasta ahora, evidentemente, sustancial.
Pero aunque lo parezca, esto no es una guerra. Porque en la guerra se aceptan las víctimas y se declara, al final, un ganador.
En cambio, en Neuquén, no habrá ganadores al cabo del extenuante conflicto, que amenaza con extenderse durante todo el verano hasta el prometido marzo de la eventual concordia. El gobierno de Gutiérrez solo puede sumar desgaste. El gremio de Quintriqueo, masa crítica en contra de sus métodos violentos.
Como pasó en 2007, después del crimen de Fuentealba, parece llegar una etapa que solo aceptará la renovación.
