Maestra vivió una pesadilla en un colectivo

20 junio, 2017
Maestra vivió una pesadilla en un colectivo
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La Justicia neuquina confirmó, en las últimas horas, la indemnización por daño moral a una docente que sufrió lesiones de consideración, al accidentarse el ómnibus de la empresa Nueva Chevallier en el que viajaba. El caso tiene ribetes que lo hacen interesante; entre ellos, el hecho de que en virtud de las licencias laborales fue despedida de la escuela privada en la que trabajaba, según consta en las declaraciones.

Al describir el momento del accidente, la denunciante Sandra Itatí C. dijo que “el micro volcó sobre la ruta”. Y contó que ella quedó atrapada entre asientos y equipajes, en medio de la oscuridad y sin posibilidades de huir. Dijo que esto le generó sentimientos de desesperación, ahogo y pánico, que se vieron supuestamente alimentados por los gritos y llantos de los demás pasajeros.

En su momento, un juzgado de primera instancia fijó la reparación del daño moral en 50 mil pesos. Pero ambos apelaron: Chevallier con el argumento de que la denunciante no había demostrado cuál era dicho daño; y esta porque el juzgado no tuvo en cuenta otros ingresos con los que tampoco pudo contar a partir del accidente. En ese sentido, explicó que daba clases particulares y que ganaba 2.200 pesos mensuales por ello.

Ahora, la Sala Segunda de la Cámara Civil de Apelaciones de Neuquén (que integran los doctores Federico Gigena Basombrio y Patricia Clerici), rechazó ambas apelaciones y dejó firme aquel resarcimiento de 50 mil pesos, que refiere sólo al daño moral (ya que lo correspondiente al daño físico no fue cuestionado en la apelación).

Consta en el expediente que Sandra Itatí C. estuvo internada durante aproximadamente una semana, y que en los cuatro meses siguientes tuvo que utilizar un corsé. También que la rehabilitación se prolongó durante un año, y que siguió utilizando el corsé, aunque en forma intermitente.

Una de las testigos, Sofía F. dijo haber sido compañera de trabajo de la mujer, y aseguró que la despidieron porque las lesiones le impedían el ejercicio de la docencia.

En el informe pericial psicológico se señala que Sandra Itatí C. se desempeñó como docente en el Instituto Pablo VI desde marzo de 1998 hasta marzo de 2013, cuando fue despedida. Y agrega: “Las ausencias prolongadas como producto de licencia laboral otorgada, habrían sido la causa de su despido, según dice la entrevistada”.

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