El faro K, sumido en la oscuridad de la protesta

Centenares de estatales sitiaron la residencia oficial de Río Gallegos, cuando estaban allí reunidas Alicia Kirchner, la gobernadora, y Cristina Fernández, la ex presidente del país. Hubo represión policial para impedir que la gente entrara a la residencia, con balas de goma y gases lacrimógenos. Hubo heridos, y finalmente la situación se controló, pero el descontento sigue, se prometió otra movilización, y un paro total el lunes.

Alicia Kirchner vinculó toda la movida con el año electoral y la presunta intención de dañar su imagen y el desempeño del kirchnerismo en las elecciones de este año. Desde la oposición, se le contestó que cumpla con los compromisos salariales y atienda a la situación de las escuelas de la provincia.

Una situación lindante con la catástrofe, en ese faro kirchnerista que alumbró durante más de una década al país, y que ahora parece derrumbarse en medio de la oscuridad.