El paseo, del paraíso al infierno en cinco minutos
En el plano terrenal, el paraíso puede volverse infierno en cinco minutos, y esto es lo que pasó este sábado, cuando ya caía la tarde, en la Isla 132 del populoso paseo costero capitalino, y una pelea entre jóvenes –borrachos- se expandió hasta convertirse en una verdadera batahola, que tuvo que conjurar la policía con el uso de la fuerza.
El incidente original se produjo en el lugar más utilizado para las selfies, allí donde se instaló la palabra Neuquén en gruesas letras que se recortan con el río de fondo. La pelea comenzó entre dos grupos, y hubo al menos tres heridos, con cortes, producidos aparentemente por botellas rotas usadas como armas.
Esa pelea se expandió a más gente que estaba alrededor, en un escenario repleto de personas que habitualmente concurren al lugar como esparcimiento durante los fines de semana. En pocos minutos, lo que era una tarde apacible –aunque, como lamentablemente siempre ocurre, regada con abundante alcohol- se transformó en un campo de combate.
Uno de los jóvenes herido convulsionó en el suelo durante un buen rato hasta que llegó la ambulancia, precedida por batallones policiales que disuadieron a los más violentos, pasados de alcohol y tal vez de algo más. El paseo es Cervecelandia, reino de la neuquenia posmoderna. Quién sabe cómo podrá controlarse esta perversa e ingenua costumbre de auto-aniquilación que la sociedad parece haber pergeñado, con idea de sí o no.
Entre los policías corriendo y deteniendo desaforados, y la instantánea unión en su contra –piedras mediante- de una pequeña multitud enardecida, se esfumó en una tarde lo que tardó en construirse, pacientemente, años.
